Unos cuantos kilómetros más abajo y hasta el lugar donde el río desemboca el paisaje cambia drásticamente en cada cuadra, para los compañeros de Disidentxs este paisaje se vuelve cada vez más familiar, la mezcla del olor a pudrición mezclado con comida, agua estancada y desechos fecales nos recuerda los años habitando la Ciudad Monstruo México, más allá de las descargas de drenaje y desechos sólidos provenientes de hogares y negocios, los cuales han sido reportados por “Ecosur” (Cita a la presentación) a este punto y más abajo es claro que el problema tiene que ver más con el espacio, y no solo por el natural aumento de la población, sino por la artificial intrusión en el paisaje y territorio de grandes hogares, hoteles, restaurantes y servicios para extranjeros turistas que en su mayoría son propiedad de mismos extranjeros que explotan no solo recursos, sino también mano de obra del Valle de Jovel, para coronar la ocupación del espacio a base del desplazamiento y gentrificación encontramos centros de distribución y fábricas de las dos más grandes empresas refresqueras del mundo (también de origen extranjero) las cuales, por poner un ejemplo, extraen cada día más de 1 millón de litros de agua proveniente de yacimientos profundos de este valle; repetimos: Estas empresas extraen en este lugar con fines comerciales más de 1 millón de litros de agua cada día (Refrescos en México: Chiapas, el estado de México donde el consumo de refrescos es 30 veces superior al promedio mundial - BBC News Mundo)
Esta cifra, que es escandalosa por si sola y que se suma a los problemas con el agua en san Cristóbal teniendo efectos inmediatos que van desde la desaparición de ecosistemas completos como el humedal; hasta colonias circundantes a dichas empresas que irónicamente no cuentan con agua (Piden en San Cristóbal revocar permiso de agua a Coca Cola - Estados - La Jornada )
En este punto el río es en realidad un canal de aguas negras, donde los contaminantes menos preocupantes son los fecales, esto es gestionado por la ciudad encareciendo las propiedades que se encuentran más lejos del canal y condenando a las clases sociales bajas a vivir más cerca de este foco de infección
En este punto es descarada la realidad de este sistema que vende el turismo como una “esperanza” y “casi un favor” que hacen las autoridades y extranjeros para “bien de los ciudadanos de Jovel generando empleos y acercando el anhelado progreso” mientras que detrás de la colorida envoltura, esto se traduce a la realidad más bien una especie de juego o competencia a muerte por sobrevivir o sobresalir; cuando este sobrevivir significa consumir, producir y venderse a uno mismo en la media más extrema posible con la esperanza de caber en este mundo “moderno” las opciones de un presente y un fututo que no tenga que ver con ser sirviente de empresas y turistas, o con malbaratar la cultura en forma de llavero son casi nulas.
En las siguientes entregas ahondaremos en torno a la visión y propuesta que los colectivos pueden proponer en este contexto, por ahora los invitamos a visitar la pieza virtual: río de basura que el colectivo disidentes ha preparado para compartir su experiencia habitando la CDMX. Un canal que quería ser río